Osvaldo Pascual Rao: “Por un Vélez mejor de lo que somos y más grande de lo que pretendemos”
Por Facundo Re y Valentina Molinari
En su infancia, Osvaldo Pascual Rao jugaba con Guillermo Cervante Luro (productor y periodista televisivo). Pasaban el tiempo con dos simples latas y un piolín por donde se comunicaban, haciéndose pasar por periodistas.
Osvaldo nació en su casa en el barrio de Villa Luro, el 15 de noviembre de 1935. En ese entonces, era algo muy natural dar a luz en los propios hogares.
Aquel
entretenimiento antes mencionado, con el tiempo se convirtió en su vocación y
más tarde en su profesión cuando se le abrieron las puertas del mundo de la
comunicación.
En sus
inicios fue dentro de Vélez. Él desempeñó su labor en la segunda torre de la
cancha, donde tenían lugar los periodistas, antes de la remodelación del
estadio para la Copa del Mundo 78. Para ocultar su identidad, al momento de
contar alguna primicia cuestionable, se hizo llamar “El fantasma de la torre 2”,
con el fin de evitar futuros conflictos.
Empezó a redactar notas de colegas en
medios partidarios de Vélez y gracias a esto ganó experiencia, y se convirtió
en el autor de artículos que sí llevaban su rúbrica. De ahí se originó la
famosa revista “El Fortín de Vélez”, que comenzó a difundir las actividades de
la institución y dedicada especialmente a los hinchas y socios, ya que los
medios nacionales se enfocaban en los equipos más populares del país. Rao
pretendía hacer crecer al club, destacando los logros conseguidos en todas las
disciplinas. Luego de su fallecimiento el 13 de julio de 2001, sus hijos,
Osvaldo, Mariano y Lucas continuaron con la revista y con la ilusión de hacer
crecer más a Vélez. Esta “tradición familiar” fue inculcada por el creador de
la misma.
Tuvo el honor de ser nombrado miembro del Departamento de prensa y propaganda del club en 1959 por el entonces presidente José Amalfitani.
Llegada
la década del 60, empezó a realizar sus primeras transmisiones en radios de
Vélez como vestuarista y conexión en el campo de juego. Al principio participó
en el programa “Vélez Sarsfield en el aire”, que se transmitía por radio Mitre.
En ese entonces, solo se informaba sobre el puntero del campeonato o sobre los
equipos más populares (Boca y River). Pero por sus ganas de seguir al club de
sus amores, en el año 1967, Osvaldo arrancó a comentar los partidos del Fortín.
En estas transmisiones, lo acompañaron grandes figuras del periodismo
partidario de la institución, como Chiquito
Irañeta, Ortega Moreno y Edgardo Gilabert. Esto lo continuó por varios
años, y lo llevó a programas televisivos por cable en el año 1993. Junto a su
hijo mayor, Osvaldo, informaban y difundían todo lo relacionado sobre su gran
pasión en El Fortín de Vélez TV. Fueron cumpliendo sus expectativas como
periodistas y llegaron a éxitos impensados como la cobertura de la Copa
Intercontinental 94 en Tokio. Cada emisión se cerraba con la histórica frase de
Rao: “Por un Vélez mejor de lo que somos y más grande de lo que pretendemos”.
Uno de
sus máximos objetivos era llevar la historia del Fortín al cine, logro que por
falta de dinero y otras problemáticas no pudieron conseguir. Por su parte, los
hijos escribieron tres libros basados en los principios de su padre. Estos
fueron: Centenario Velezano, Los guardianes del Fortín y 100 ídolos de Vélez.
Una de
sus recordadas frases era: “No hagas periodismo de periodistas”, en referencia
a los comunicadores que basan su información en la de otros colegas y no en las
propias. Y además siempre decía: “El micrófono es un arma”.
Fue
reconocido por ser un hombre muy honesto y comprometido con su trabajo. Al día
de hoy, dejó su huella en el club haciendo honor a su apellido. Y sus hijos
cumplieron el lema de Carlos Bianchi: “Provagar, proseguir el camino empezado”.
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